La importancia de los informes de auditoría.
Por: Marco Bonilla
Para llegar a dictaminar sobre la razonabilidad de los estados financieros y opinar sobre la gestión,
la aplicabilidad de las normas, la calidad del control interno; requiere de una alta capacidad
profesional y sobre todo, de un conocimiento integral de la organización.
No es fácil escribir en auditoria y mucho menos cuando los destinatarios son directivos con alto
nivel de conocimientos, dueños de los procesos y expertos en la misión de la entidad, a quienes en
muchas ocasiones, hay que concientizar acerca de los errores y las desviaciones que su entidad
presenta; también, sobre la causa / efecto que se genera de los hallazgos.
El informe ejecutivo de auditoría, con resultados contundentes expresados en hallazgos
materiales; refleja la experiencia del grupo auditor y concibe especial atención de los gerentes o
representantes legales, quienes consideran éste examen como un mecanismo retro-alimentador
de mejoramiento en la organización, que proporciona confianza sobre su labor y responsabilidad.
Igualmente, se puede afirmar que la opinión presentada en un informe de auditoría, es el
resultado de un examen técnico, concienzudo, profesional, estudiado y desarrollado sobre
información ajena pero con conocimientos propios del quehacer profesional, que de acuerdo con
lo informado, conlleve a decisiones administrativas, financieras, legales y en ocasiones hasta
penales.
Es el informe de auditoría, el que manifiesta a la organización y a sus representantes de
manera concisa pero soportada, el estado de arte de la entidad en su conjunto, área, proceso o
actividad en relación con el alcance y el objetivo de lo evaluado.
Es claro, que la calidad del informe no es producto de aplicar la última etapa del proceso auditor
(comunicación de resultados); por el contrario, es la consecuencia de un proceso integrador
mediante una acertada planeación ejecutada de manera laboriosa, profunda y objetiva por los
integrantes del equipo; quienes son especializados, entrenados y conocedores de los temas y los
procesos. Por tanto, mediante técnicas y normas de auditoría, éstos recogen las evidencias
suficientes que permiten hacer un juicio sobre lo evaluado, para así incorporar el informe final, no
antes de incansables discusiones en relación a lo que se va a plantear de manera responsable en
dicho informe.
Hay que tener en cuenta que ante la ligereza del actuar y producir resultados, se plasman juicios
peyorativos, no propios del actuar profesional, que hacen proyectar hacía el auditor una mala
imagen de la empresa; generando así, falta de confianza y en alguno de los casos un proceso
judicial por injuria o calumnia, por la ligereza de escribir sin aplicar una norma de auditoría desde
el cuidado profesional.
Pero ese cuidado, no se limita solamente a los informes de auditoría; sino también, a la
correspondencia enviada a la organización, cuya presentación dependerá de su destinatario,
siempre de manera respetuosa pero concebida en relación con la envestidura del respectivo
cargo.
Por lo anterior, recuerde:
1. El gerente o representante legal en virtud de sus ocupaciones, nunca leerá un informe de más
de tres páginas.
2. En los informes ejecutivos, cuide de no señalar nombres o áreas responsables, limítese a
identificar el problema, cuenta, requisito o norma.
3. Los puntos que se presentan en el informe deben quedar organizados de mayor a menor
importancia.
4. Buena ortografía y buena redacción en las cartas y correos que enviemos, eso dice mucho de un
profesional.
5. Los informes detallados hacen parte de los anexos del informe ejecutivo, deben ser dirigidos al
responsable del proceso para su conocimiento y mejoramiento.
6. En los informes de auditoría, no se puede endilgar responsabilidades ni actuar como juez,
sugiriendo sanciones.
7. Discutir (validar) el borrador del informe con las áreas responsables, antes de producir el
informe final. Evite llevarse sorpresas.
8. El informe es el valor agregado de la auditoría, su conformidad por parte de la entidad posiciona
y reconoce la calidad de la auditoria.
9. Todos los informes de auditoría deben ir numerados y fechados consecutivamente, con logo de
la firma, organismo o área de control y radicados oportunamente en el área de destino.
10. Los informes deben ser firmados o refrendados únicamente por el Jefe o líder de la comisión o
equipo, quien como responsable de la supervisión del trabajo, revisará la calidad de los
contenidos, tanto de correspondencia enviada como de los informes parciales y finales.
11. Revise en varias oportunidades el contenido del informe, realice los ajustes y solicite que otra
u otras personas del grupo lo lea y manifiesten sus impresiones sobre el mismo.
12. Todos los hallazgos descritos en los informes deben estar debidamente soportados en papeles
de trabajo de la auditoria.
13. Guardar en archivo y back-up los proyectos y el informe definitivo.
14. La correspondencia, en ocasiones se constituye en prueba sobre la omisión o negligencia de la
administración de entregar cierta información.
15. Utilizar las normas ICONTEC en la preparación de los informes.
“Un simple escrito, refleja la calidad, conocimiento y experiencia de su editor