Por: Marco Bonilla
“Es la expresión de una opinión profesional, en el que se materializa el resultado del ejercicio de auditoría y contiene, además del dictamen, la evaluación del control interno, el cumplimiento de las normas y procedimientos, y otros aspectos relacionados con la gestión y el período examinado”.
Por lo que su presentación debe obedecer a:
- Emitir una opinión real y consistente sobre la razonabilidad y veracidad de lo evaluado.
- Revelar información consistente con las prácticas contables y de auditoría reconocidas internacionalmente.
- Incluir evidencias soportadas, relevantes y materiales.
- Concebir de manera precisa el HALLAZGO, es decir la detección física y soportada de lo observado en el proceso de auditoría.
- Establecer la CAUSA, la fuente de la debilidad o problemática susceptible de mejorar.
- Reflejar el EFECTO, en términos de impacto o materialidad.
- Precisar la RECOMENDACIÓN, como insumo o valor agregado de la auditoría para el mejoramiento continuo.
- Declarar que la auditoría proporciona una base razonable para su opinión.
- Incluir un párrafo sobre la calidad del sistema de control interno y sus elementos.
- Comunicar resultados precisos, sin desviaciones significativas en razón a la naturaleza de la organización y a los objetivos de la auditoría.
- Reflejar resultados concisos, de manera sucinta, donde lo comunicado sea realmente importante y material.
- Condiciones de objetividad, producto de hechos reales y no estar sujeto a varias interpretaciones.
- Hechos soportados, teniendo como referente las pruebas, documentación e información que valide lo afirmado.
- Cumplir con los objetivos que originaron el ejercicio.
- Conocer y dar a conocer los resultados de manera oportuna a los interesados.
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