Por:
Marco Bonilla (Magister en Educación)
Es una paradoja como los profesionales recién egresados al salir al campo
laboral se encuentran con la negativa permanente de las empresas que sin
ninguna consideración, pese al ofrecimiento de salarios muy bajos, rechazan a
los desprevenidos jóvenes, exigiendo una experiencia que nunca han tenido y
no la obtendrán, si no buscamos un camino para que el sistema cambie.
Es ahí, donde nos preguntamos qué pasó o qué ha pasado con el modelo que
en alguna oportunidad se instauró a través del SENA, donde a sus estudiantes la
Institución les buscaba patrocinio en empresas donde el joven no solo se
capacitaba, si no que obtenía unos ingresos que si bien no eran significativos,
les proporcionaba un camino formal de instrucción y de experiencia en el campo
laboral objeto de capacitación, condición ésta que hoy reclama el sistema.
La pregunta es porqué en éste país las prácticas bien intencionada han
desaparecido y se perpetúa aquellas que le han hecho gran daño y que ya
todos conocemos.
El Sistema Educativo Colombiano ha perdido su norte, porque si bien se ha
incrementado por cientos la posibilidad que los estudiantes busquen y obtengan
una profesión con grandes esfuerzos para mejorar su calidad de vida y su
entorno, al salir de su Universidad se ven de alguna manera traicionados y
sometidos a una decepción peor a la de haber seguido en su ignorancia, al no
encontrar las oportunidades tan anheladas como propósito de su formación.
Digamos que esta es una lectura tomada desde mi labor académica, donde
los estudiantes requieren de mejores oportunidades, que no castren de tajo sus
aspiraciones e ilusiones, las cuales construyen con gran esfuerzo y sacrificio,
no que dándoles otro camino que ocuparse en labores ajenas a su profesión,
donde seguramente las efectuaran con desanimo, desamor y poco compromiso.
Revisemos el sistema laboral colombiano, pero de la mano del sistema
educativo, donde los dos sistemas hagan sinergia y permitan desarrollar modelos
atados a la formación, la vinculación, la experiencia y desarrollo laboral en
profesiones necesarias en las actividades regulares de nuestras empresas
nacionales.
Comencemos descentralizando la educación a la par del desarrollo armónico
sostenible de las regiones como reza la Constitución, para que no concentremos en
las grandes capitales la educación y generemos desarrollo en aquellas zonas del
país que han quedado desoladas por falta de oportunidades, fomentando
Industria, empresa, inversión, centros educativos, infraestructuras de
comercio, de turismo, de transporte, recreación etc, para que las oportunidades
no solo se encuentre en las grandes ciudades, sino también en las ciudades o
pueblos nativos y así evitar la deserción y concentración que hoy observamos
donde la capacidad de resistencia ya sobrepasó todo límite, generando lo que
llamamos los economistas los rendimientos decrecientes, hasta el punto que nos
estorbamos unos a otros y donde la iniquidad se ve por donde se
mire.
Seguramente faltará mucho por hacer y por construir, pero el re-pensar
esta situación es un principio valioso que hay que acometer de: inmediato.
Reflexión- “Todo nuestro país es bello, y donde se viva será un buen
vividero, pero con oportunidades"
LIBROS ESCRITOS POR MARCO BONILLA:
El ABC de la Hacienda Pública, referente constitucional y legal
Venta en Bogotá en la Avenida Jiménez No. 4 - 76 Galería Típicos.
Marco Bonilla M
Consultor y Asesor en los procesos de Auditoría con enfoque integral, Auditoría interna de Calidad, ISO 9001 de 2008 y NTCGP 1000:2009, con más de 20 años de experiencia. Conferencista nacional, consultor internacional en procesos de Control Interno orientados al mejoramiento de las organizaciones. Colaborador de Auditool.
Bogotá D.C., Colombia
Hasta Pronto,
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