sábado, 23 de noviembre de 2013

PORQUE NO HAY QUE VOTAR POR LA OFRENDA DE UNA TEJA Y UN TÁMAL


Es frecuente encontrar en época electoral a políticos habidos de conseguir votos, aprovecharse  de las necesidades de los electores, para conseguir sufragios en contra prestación de “una teja o un támal” que en nada contribuyen a solucionar las necesidades  básicas de la población y si por el contrario se pierde la posibilidad de conocer y exigir del candidato,  en caso de ser elegido, la inversión y gasto social de los  recursos en los planes y programas que por Ley deben acometer  con base y fundamente de su programa de gobierno.

Esta triste realidad ha hecho carrera, hasta tal punto que hoy es una cultura arraigada, que ha ocasionado nefastos resultados no solo en la calidad de vida de quienes hacemos parte de la comunidad si no también desaprovechamiento de recursos, muchos desviados por falta de control por parte de los beneficiarios primarios como es la población y otros por la inoperancia de los administradores en dar buena cuenta en términos de calidad y oportunidad, que solamente puede ser cambiada en la medida que la población entienda y conozca las responsabilidades y competencias  de la Administración Pública, plasmadas en la Constitución Política y las Leyes. 

Debemos entender entonces que, “la Constitución del 1991, con relación a su predecesora fue la DESCENTRALIZACIÓN DEL PODER POLÍTICO, que entre otros avances, consolidó la elección popular de Alcaldes, en los municipios y distritos y constituyó la elección popular de Gobernadores en los departamentos. A su vez, uno de los avances institucionales más importantes de los Planes de Desarrollo, en este sentido, es que permitieron la consolidación del VOTO PROGRAMÁTICO como principio electoral en el ámbito territorial. Esto es que se obliga a los gobernantes a convertir sus propuestas de campaña o programas de gobierno en Planes de Desarrollo, que son a su vez acuerdos en los municipios y distritos y ordenanzas en los departamentos, y por lo tanto de obligatorio cumplimiento”.

Ante tales circunstancias es claro que la ofrenda del gobernante de turno, no es la TEJA  O EL TÁMAL, si no el cumplimiento de las propuestas de su campaña que no son otras que los planes y programas en inversión social, monitoreado, supervisado y controlado precisamente por los propios electores quienes tiene que ver materializado sus anhelos y propósitos al elegir el gobernante indicado.

Pero esta triste realidad es más preocupante ante el desconocimiento o la falta de interés de quienes teniendo la capacidad de entenderlo no lo hacen o no les interesa, como son los administradores públicos y los profesionales de éste país, más preocupados por mejorar individualmente su calidad de vida y no la de su conglomerado.

Sabemos que pagamos toda clase de tributos (Impuestos, tasas y contribuciones) pero desconocemos su destinación y su aplicación; oímos que  recibimos cuantiosos recursos por concepto de regalías (mucho menos de lo que yo pensaría deberíamos)por la explotación de recursos no renovables con alto impacto ambiental, y nunca nos preguntamos,, si vale la pena? y  cual el costo en el futuro; entendemos que a la mayoría de los bienes le gravan el IVA, de los cuales muchos recursos se quedan en quienes lo retienen por el fenómeno de la evasión; tenemos claro las intencionalidades del sistema financiero, pero no mucho el aporte social que el mismo da como contraprestación a la comunidad; podemos considerar los impuestos a la gasolina, al tabaco, licores, predial, industria y comercio, avisos…. lo que no tenemos muy claro es el uso de ellos, frente al retroceso en la calidad de servicios de nuestras vías, salud, educación, medio ambiente etc.



Otras preguntas a hacernos sobre el manejo de la administración pública, es el perfil del recurso humano de muchos de ellos, en especial a nivel territorial (alcaldes), sin los requisitos mínimos en conocimientos y competencias para ostentar tan alta designación,   y quienes no tienen ni idea de lo que es un presupuesto, la importancia de los estados financieros, la manera de elaborar un proyecto para darle viabilidad a la gestión propia del quehacer de la administración para aportar en las necesidades básicas insatisfechas de su población, más preocupados por las ferias y fiestas del municipio y al final con resultados nefastos en desviación de recursos y lo que es más triste, recursos sin utilizar, programas sin desarrollar, ante la incompetencia de éstos administradores, elegidos precisamente por el ofrecimiento de UNA TEJA Y UN TÁMAL en época de elecciones. 

"El sistema de control interno de la administración pública se raja".

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