viernes, 15 de mayo de 2020

RE-pensemos el modelo educativo- Vs- la actividad laboral. Por: Marco Bonilla (Magister en Educación)



Es una paradoja como los profesionales recién egresados al salir al campo laboral se encuentran con la negativa permanente de las empresas que sin ninguna consideración, pese al ofrecimiento de salarios muy bajos, rechazan a los desprevenidos jóvenes, exigiéndoles una experiencia que nunca han tenido y no la obtendrán, si no buscamos un camino para que el sistema cambie.
Es ahí, donde nos preguntamos qué paso o que ha pasado con el modelo que en alguna oportunidad se instauro a través del SENA, donde a sus estudiantes la Institución les buscaba patrocinio en empresas donde el joven no solo se capacitaba, si no que obtenía unos ingresos que si bien no eran significativos, les proporcionaba un camino formal de instrucción y de experiencia en el campo laboral objeto de capacitación, condición ésta que hoy reclama el sistema.
La pregunta es porqué en éste país las practicas bien intencionada han desaparecido y se perpetua aquellas que le han hecho gran daño y que ya todos conocemos.
El Sistema Educativo Colombiano ha perdido su norte, porque si bien se ha incrementado por cientos la posibilidad que los estudiantes busquen y obtengan una profesión con grandes esfuerzos para mejorar su calidad de vida y su entorno, al salir de su Universidad se ven de alguna manera traicionados y sometidos a una decepción peor a la de haber seguido en su ignorancia, al no encontrar las oportunidades tan anheladas como propósito de su formación.
Digamos que esta es una lectura tomada desde mi labor académica, donde los estudiantes requieren de mejores oportunidades, que no castren de tajo sus aspiraciones e ilusiones, las cuales construyen con gran esfuerzo y sacrificio, no que dándoles otro camino que ocuparse en labores ajenas a su profesión, donde seguramente las efectuaran con desanimo, desamor y poco compromiso.
Revisemos el sistema laboral colombiano, pero de la mano del sistema educativo, donde los dos sistemas hagan sinergia y permitan desarrollar modelos atados a la formación, la vinculación, la experiencia y desarrollo laboral en profesiones necesarias en las actividades regulares de nuestras empresas nacionales.
Comencemos descentralizando la educación a la par del desarrollo armónico sostenible de las regiones como reza la Constitución, para que no concentremos en las grandes capitales la educación y generemos desarrollo en aquellas zonas del país que han quedado desoladas por falta de oportunidades, fomentando Industria, empresa, inversión, centros educativos, infraestructuras de comercio, de turismo, de transporte, recreación etc, para que las oportunidades no solo se encuentre en las grandes ciudades, sino también en las ciudades o pueblos nativos y así evitar la deserción y concentración que hoy observamos donde la capacidad de resistencia ya sobrepaso todo limite, generando lo que llamamos los economistas los rendimientos decrecientes, hasta el punto que nos estorbamos unos a otros y donde la iniquidad se ve por donde se mire.
Seguramente faltara mucho por hacer y por construir, pero el re-pensar esta situación es un principio valioso que hay que acometer de: inmediato.
Reflexión- “Todo nuestro país es bello, y donde se viva será un buen vividero, pero con oportunidades"
Hasta pronto
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