Recojo apartes de mis escritos en
el libro del ABC DE LA HACIENDA PUBLICA, referente constitucional y legal, “Es
frecuente encontrar en época electoral a políticos habidos de conseguir votos,
aprovecharse de las necesidades de los electores, en contra prestación de “una
teja o un tamal” que en nada contribuyen a solucionar las necesidades básicas
de la población y si por el contrario se pierde la posibilidad de reclamar y
exigir del candidato, en caso de ser elegido, la inversión y gasto social de
los recursos en los planes y programas que por Ley deben acometer con base y
fundamente de su programa de gobierno.
Esta triste realidad ha hecho
carrera, hasta tal punto que hoy es una cultura arraigada, que ha ocasionado
nefastos resultados no solo en la calidad de vida de quienes hacemos parte de
la comunidad si no también desaprovechamiento de recursos, muchos desviados por
falta de control por parte de los beneficiarios primarios como es la población
y otros por la inoperancia de los administradores en dar buena cuenta en
términos de calidad y oportunidad, que solamente puede ser cambiada en la
medida que la población entienda y conozca las responsabilidades y competencias
de la Administración Pública, plasmadas en la Constitución Política y las
Leyes.
Debemos entender entonces que,
“la Constitución del 1991, con relación a su predecesora fue la
DESCENTRALIZACIÓN DEL PODER POLÍTICO, que entre otros avances, consolidó la
elección popular de Alcaldes, en los municipios y distritos y constituyó la
elección popular de Gobernadores en los departamentos. A su vez, uno de los
avances institucionales más importantes de los Planes de Desarrollo, en este sentido,
es que permitieron la consolidación del VOTO PROGRAMÁTICO como principio
electoral en el ámbito territorial. Esto es que se obliga a los gobernantes a
convertir sus propuestas de campaña o programas de gobierno en Planes de
Desarrollo, que son a su vez acuerdos en los municipios y distritos y
ordenanzas en los departamentos, y por lo tanto de obligatorio cumplimiento”.
Ante tales circunstancias es
claro que la ofrenda del gobernante de turno, no es la TEJA O EL TÁMAL, si no
el cumplimiento de las propuestas de su campaña que no son otras que los planes
y programas en inversión social, monitoreado, supervisado y controlado
precisamente por los propios electores quienes tiene que ver materializado sus
anhelos y propósitos al elegir el gobernante indicado.
Pero esta triste realidad es más
preocupante ante el desconocimiento o la falta de interés de quienes teniendo
la capacidad de entenderlo no lo hacen o no les interesa, como son los
administradores públicos y los profesionales de éste país, más preocupados por
mejorar individualmente su calidad de vida y no la de su conglomerado.
Sabemos que pagamos toda clase de
tributos (Impuestos, tasas y contribuciones) pero desconocemos su destinación y
su aplicación; oímos que recibimos cuantiosos recursos por concepto de regalías
(mucho menos de lo que yo pensaría deberíamos) por la explotación de recursos
no renovables con alto impacto ambiental, y nunca nos preguntamos, ¿si vale la
pena? y cual el costo en el futuro; entendemos que a la mayoría de los bienes le
gravan el IVA, de los cuales muchos recursos se quedan en quienes lo retienen
por el fenómeno de la evasión; tenemos claro las intencionalidades del sistema
financiero, pero no mucho el aporte social que el mismo da como
contraprestación a la comunidad; podemos considerar los El ABC de la Hacienda
Pública, Referente Constitucional y Legal , impuestos a la gasolina, al tabaco,
licores, predial, industria y comercio, avisos… lo que no tenemos muy claro es
el uso de ellos, frente al retroceso en la calidad de servicios de nuestras
vías, salud, educación, medio ambiente, etc.
Otras preguntas a hacernos sobre
el manejo de la administración pública, es el perfil del recurso humano de
muchos de ellos, en especial a nivel territorial (alcaldes), sin los requisitos
mínimos en conocimientos y competencias para ostentar tan alta designación, y
quienes no tienen ni idea de lo que es un presupuesto, la importancia de los
estados financieros, la manera de elaborar un proyecto para darle viabilidad a
la gestión propia del quehacer de la administración para aportar en las
necesidades básicas insatisfechas de su población, más preocupados por las
ferias y fiestas del municipio y al final con resultados nefastos en desviación
de recursos y lo que es más triste, recursos sin utilizar, programas sin
desarrollar, ante la incompetencia de éstos administradores, elegidos
precisamente por el ofrecimiento de UNA TEJA Y UN TÁMAL en época de elecciones”.
Si conociéramos la pedagogía de
la Constitución (artículo 41) no hubiera sido necesario las manifestaciones de
éste fin de semana, que no solo agrava los problemas sin solución a corto
plazo, si no que genera grandes pérdidas en recursos y bienes públicos por
decir una de las muchas consecuencias de estos paros.
Reflexión, “quien no conoce no
puede controlar”.
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