Es habitual observar
como las auditorias encaminan su labor a resolver procesos puntuales y en
particular los contables/ financieros y administrativos, que si bien son
fundamentales, no consideran la esencia y objetivos de la organización,
plasmados en su naturaleza y su misión como referente primario de su razón de ser.
Es ahí donde se pregunta, ¿si el dictamen sobre la razonabilidad
de las cifras de los estados financieros está afectado de manera importante por
actividades y operaciones que no tienen
que ver con los objetivos y metas pretendidas en su constitución?.
La experiencia como auditor me ha demostrado cómo
empresas consideradas rentables, terminan realizando tareas y operaciones muy
diferentes para lo que fueron concebidas, y al final resultan liquidadas o lo
que es más delicado comprometiendo los intereses de sus socios.
Un aspecto relevante a observar y cuestionar en la
auditoria, es la formulación de la misión,
la cual sin duda es la prenda de garantía del quehacer permanente de la
organización y a través de la cual se organiza, operativiza, se reglamenta y se
controla todas las actuaciones futuras.
Lo anterior
invita a repensar la manera de hacer auditoria bajo el esquema de aseguramiento
a través de la consideración de la naturaleza y
misión de la organización como referente permanente, sobre su estructura
organizacional, políticas, normatividad y legislación que le aplica, áreas
misionales, cuentas misionales, presupuestos y planes de compras relacionados.
Estas consideraciones fundamentan mi propuesta de entender
que en materia de control, el elemento
primordial a tener en cuenta son los propósitos de la empresa, que en todo su ámbito se desempeñara en
términos de eficiencia, eficacia y economía principalmente.
De la misma manera, es de entenderse que el autocontrol como
fundamento de todos los que hacen parte de la organización, deben conocer,
entender, y concebir la misión como el marco obligado de todas sus actuaciones,
desde lo operativo, financiero, contable, técnico, normativo, etc…, acciones que
al no tenerse en cuenta, sin duda proporcionara un desequilibrio del sistema de control interno implementado y
desvío de los objetivos propuestos.
Ahora, y frente a la labor de auditoría es por demás lógico,
que cualquier transacción, operación, gestión, o actividad que vaya en
contraposición de la misión de la entidad, no solo generara efectos nocivos
para la organización, si no será motivo de atención y examen por parte del
organismo o ente de control, donde su
principal labor se concentrara en el cumplimiento por parte del ente auditado
en razón a sus propósitos, productos, servicios, actividades, acciones y
decisiones tomadas, so pena de obtención de hallazgos que materializados pueden
incurrir en sanciones ejemplarizantes para quienes tiene la responsabilidad de
su administración.
La misión es el
marco de referencia que orienta las acciones, enlaza lo deseado con lo posible,
condiciona las actividades presentes y futuras, proporciona unidad, sentido de
dirección y guía en la toma de decisiones estratégicas.
En tal sentido, el control interno en todos sus órdenes se
implementara, cuidando de matizar sus diferentes elementos bajo la premisa de
cumplimiento de sus objetivos misionales, refiriéndome especialmente a su
direccionamiento a través de la planeación, cuyos propósitos deben apuntar a
desarrollar y ejecutar los fines previstos; presupuestos asociados al
financiamiento de sus necesidades y operaciones propias; talento humano
competente y especializado según su naturaleza; esquema organizacional con
áreas misionales fortalecidas y productivas y; demás elementos que por sí solos
detecten las operaciones que no obedecen al rigor funcional de la organización.
La auditoria es sin duda la mayor interesada en establecer
dentro de su proceso de evaluación de aseguramiento, que la organización esté
alineada en razón a su constitución y que el mayor beneficio lo obtenga a
través de actividades operacionales propias del deber ser y no de manera
fortuita que genera alto grado de incertidumbre sobre su manejo.
De tal suerte que la óptica y percepción de la auditoria de
legalidad, de cumplimiento, financiera, de gestión, resultados, de control
interno, estará dirigida a percibir de manera categórica y sin prevenciones
certeza razonable sobre el manejo de la organización.
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Marco Hernando Bonilla Martínez
Consultor y Asesor en
los procesos de Auditoría con enfoque integral, Auditoría interna de Calidad,
ISO 9001 de 2008 y NTCGP 1000:2009, con más de 20 años de experiencia.
Conferencista nacional, consultor internacional en procesos de Control Interno
orientados al mejoramiento de las organizaciones. Colaborador de Auditool.
Bogotá D.C., Colombia
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