sábado, 1 de septiembre de 2012

La auditoria y el control interno

La Auditoria, a través del tiempo, se ha concebido como un ejercicio para evitar la corrupción y el fraude; también para conocer y revelar con independencia el estado del arte de las organizaciones, en procura de alertar sobre la pérdida de los objetivos previstos en su concepción.

Sin embargo las actuales prácticas no revisten los análisis integrales que generen valor agregado al sistema organizacional, y sus resultados antes que ser la manifestación independiente de los hallazgos en busca del mejoramiento, se limitan a cumplir un rol figurativo y en muchas ocasiones, tan solo cumplen con las disposiciones legales (que obligan su funcionamiento) obligatorias vigentes.

No es difícil descubrir, que ha pesar de la múltiple y reiterada vigilancia ejercida por los organismos de control del Estado como la Contraloría General de la República, Procuraduría General de la Nación, Revisorías Fiscales, Veedurías ciudadanas, Fiscalías, Superintendencias, entre otras, aún perdura y es mas crítica la situación de las entidades, permanentemente avocadas a procesos de liquidación y/o fusión por cuenta de debilidades criticas de índole administrativo, financiero y misional, por lo que se deduce que no es quien ejerce el proceso evaluador quien garantiza los resultados, si no la manera de su aplicación y la materialización de las recomendaciones como producto de su función auditora.

La importancia de poseer o implementar un sistema de control interno eficiente y eficaz al interior en las estructuras organizacionales, se ha establecido como un esquema obligatorio en la última década, debido a la trascendencia que implica medir la eficiencia y la productividad en el momento de implementarlos y ejecutarlos.; puesto que la connotación de control se centra en las actividades básicas que realizan las empresas, de ello se desprende su posicionamiento o mantenimiento en el mercado. Las organizaciones que mantengan y verifican las condiciones de control interno, en sus actividades técnicas, operativas, administrativas y financieras, permitirán conocer la situación real de las mismas,, de ahí su trascendencia e incidencia de tener una planificación que sea capaz de verificar que los controles se cumplan para darle una mejor visión sobre su gestión.

Puede afirmarse que una organización pública, que no aplique controles internos adecuados, corre el riesgo de tener desviaciones en sus operaciones, y por supuesto las decisiones tomadas no serán las más adecuadas para su gestión e incluso podría llevar a la misma a una crisis operativa y por ende administrativa, por lo que, se debe asumir una serie de consecuencias que perjudican los resultados de sus actividades.

Ha transcurrido más de quince años desde la Constitución de 1991 y la Ley 87 de 1993, en donde se aborda el tema de Control Interno como un sistema de control administrativo en procura que todas las actividades, operaciones y actuaciones, así como la administración de la información y los recursos de las entidades, se realicen de acuerdo con las normas constitucionales y legales vigentes dentro de las políticas trazadas por la dirección y en atención a las metas u objetivos previstos.

Sin embargo, es preocupante como las Entidades Públicas del Estado Colombiano aún presentan debilidades que generan altos niveles de Corrupción Administrativa, que dan al traste con importantes recursos, desmejoran la atención al usuario y contribuyen a que éstas desaparezcan y recaiga la responsabilidad en empresas privadas ávidas de generar utilidades en menoscabo de un eficiente servicio público.

Es claro que el modelo tiene su origen en normas y metodologías internacionales, donde su implementación de muchos años atrás ha dado a las organizaciones resultados positivos, pero dentro de un contexto cultural muy diferente al del Estado Colombiano, constituyéndose para ellos en un modelo de control administrativo por excelencia.

Lo anterior supone, fomentar la cultura del compromiso y sentido de pertenencia del talento Humano de las organizaciones a través del diseño e implementación del Código de ética y buen gobierno, el cual contenga como mínimo los principios y pautas que deben regir el actuar de una entidad y formar parte de la cultura organizacional de la misma.

Mas no se trata de formalizar en un documento el actuar institucional, sin no interiorizar y socializar la cultura organizacional en todos los que hace parte de ella sin distinciones y niveles, asociado a una serie de programas de capacitación, bienestar y seguridad social, que genere en el servidor público compromiso y sentido de pertenencia en pro de una mejor calidad de vida para el conglomerado.

Entonces, la operación de un sistema de control interno requiere del talento Humano la existencia de :

o Compromiso Institucional.
o Comportamiento ético.
o Cambio Cultural Profundo.
o Adecuados mecanismos de selección y administración de personal. (meritocracia).
o Manual de funciones y de requisitos mínimos por área y por cargo.
o Manuales de procesos y procedimientos.
o Perfiles especializados según objetivos y funciones del área.
o Responsabilidades por los resultados de su propia gestión.
o Escala jerárquica, líneas de autoridad precisas.
o Evaluación de desempeño del personal.
o Régimen de meritos y sanciones.
o Permanente capacitación.
o Controles inmersos en los procesos y procedimientos e intrínsecos al desarrollo de las funciones de todos los cargos de la entidad.
o Conocimiento de la Misión, Visión y Objetivos de la entidad como del área.
o Reglamento Interno
o Bienestar Social.
o Seguridad Social.
o Autocontrol y Autogestión.


Muchas gracias.





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