Los manuales que hasta hace algún tiempo se concebían como un florero, pues servían únicamente para adornar los anaqueles o bibliotecas del gerente en la institución, hoy, dentro de la nueva concepción del control interno son considerados como una herramienta socializadora, capacitadora e instructora del quehacer de los diferentes procesos misionales y de apoyo de las organizaciones.
Los manuales además de generar cierto grado de eficiencia en el manejo de los procesos, permite documentar y formalizar las actuaciones que por norma les corresponde adelantar a las entidad públicas, a las áreas y el talento humano, como parte integral de la organización, concibiéndose como un documento
de memoria institucional por excelencia, y como instrumento de consulta, apoyo y control para validar los trámites que le corresponde adelantar de acuerdo con su misión y objetivos.
Es precisamente el decreto 1537 del 2001, Por el cual se reglamenta parcialmente la Ley 87 de 1993 en cuanto a elementos técnicos y administrativo que fortalezcan el sistema de control interno de las entidades y organismos, quien en su artículo 2. Dispone: “Como instrumento que
garantice el cumplimiento del control Interno en las organizaciones públicas, estas elaborarán adoptarán y aplicarán manuales a través de los cuales se documentarán y formalizarán los procedimientos a partir de la identificación los procesos institucionales”.
Objetivo de los manuales:
ü Recopilar en forma integral las operaciones o actividades que realizan las diferentes dependencias.
ü Señalar la responsabilidad y percibir la autoridad de cada funcionario que participa en la ejecución. control y evaluación de las actividades operacionales.
ü Establecer métodos y técnicas de trabajo para realizar las diferentes operaciones o actividades en forma adecuada y uniforme.
ü Salvaguardar los bienes contra el desperdicio, la pérdida. El uso no autorizado el propio fraude.
ü Garantizar el registro adecuado de las operaciones para establecer controles e informes de tipo financiero, estadístico, económico y administrativo, útiles en la toma de decisiones.
ü Señalar medidas de protección o de seguridad y utilización de los recursos en cada una de las actividades, previniendo cualquier riesgo que los pueda afectar.
ü Simplificar y actualizar las normas y procedimientos.
ü Fomentar la capacitación y la socialización.
Como contenido metodológico del manual de cualquier proceso sugiero los siguientes acápites:
- Introducción.
- Objetivos (generales y específicos.)
- Ámbito de aplicación (formalización, Manejo y conservación.)
- Definición o conceptos utilizados. (contables y administrativos)
- Simbología utilizada.
- Relación de Macroprocesos y Procesos.
- Marco Normativo. (Normograma)
- Descripción de los procesos (actividades - Flujogramas)
- Mapas de riesgos.
Es importante tener en cuenta que el manual una vez diseñado, debe formalizarse a través de un acto administrativo al más alto nivel de la organización. Cualquier modificación y/o actualización deberá ser aprobado por el mismo conducto.
Una vez concebido y formalizado, el mismo se socializara entre las diferentes instancias responsables del proceso y puesto a disposición de los entes, organismos y áreas que demanden su consulta y operación.
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